Una pareja sin corazón ha sido condenada por permitir que su perro Lurcher muera de hambre, en uno de los casos más horrendos de crueldad animal que los investigadores han presenciado.
Kerry Patterson, de 35 años, y Reece Milburn, de 30, aseguraron haber descubierto a Tiggy, de tres años, abandonado junto a la carretera y lo comunicaron a su consejo local.
Un oficial de protección animal llegó a su hogar en Blyth, Northumberland, y describió la condición del animal como ‘el peor caso que había visto en sus 15 años en el trabajo’.
Tiggy fue fotografiado prácticamente sin piel en su cuerpo, con las costillas sobresaliendo de su delgada estructura.
También estaba muy deshidratada, sufría de erupciones y una infestación de ácaros, y estaba tan débil que no podía ponerse de pie.
Tiggy fue descubierta solo días antes de Navidad en 2019, y sus fotos desgarradoras se volvieron virales, lo que llevó al Consejo del Condado de Northumberland a hacer un llamado para identificar a sus dueños.
Varios días después, el consejo recibió docenas de cartas que indicaban que Tiggy era propiedad de Patterson y Milburn.
El jueves 3 de marzo, la pareja compareció ante el Tribunal de Magistrados de North Tyneside y admitió haber infligido sufrimiento innecesario a una especie protegida.
También aceptaron la negligencia en el cuidado de su otro perro, un Staffordshire Bull Terrier.
Enzo es un Terrier que sufre de una dolencia en la piel y una infestación de ácaros.
El dúo fue condenado a 12 semanas de prisión, se les prohibió poseer o mantener animales por el resto de sus vidas y se les ordenó pagar una tarifa de víctima de £120 cada uno.
Según una portavoz del consejo, Philip Soderquest, fue ‘uno de los ejemplos más horribles y destacados de crueldad animal que el condado haya visto’.
‘Nuestro equipo de bienestar animal trabaja incansablemente para investigar casos de negligencia y crueldad animal y llevar a los culpables ante la justicia’, agregó.
‘Insistimos en que los antiguos dueños de Tiggy tendrían su día en la corte, y a pesar de que tomó dos años, finalmente obtuvimos el resultado que necesitábamos hoy’, dijo el abogado.
La historia de Tiggy tuvo un final feliz gracias al arduo trabajo del equipo en el Centro de Rescate de Animales de Berwick.
‘Ella es una imagen de salud y felicidad, con un nuevo hogar, una nueva vida con amigos perros e incluso un nuevo nombre’.
El otro perro de la pareja, Enzo, aún se encuentra en jaulas y espera un hogar permanente.